ARCO NATURAL DA MESQUITA - PORTUGAL
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En Portugal, en el distrito
En Portugal, en el distrito de Faro y en el concelho de Lagoa, en pleno corazón del Algarve, vamos a descubrir un descomunal paisaje costero de una belleza inigualable. Las próximas imágenes hablarán por sí solas.
Lo primero que observamos es un enorme roquedo calizo con misteriosas y caprichosas cavidades creadas en las rocas, cavernas de diferentes formas y tamaños.
Como podemos contemplar en las imágenes, el accidentado relieve de la línea de costa de esta zona ofrece paisajes de una belleza brutal, impresionantes, con los altos acantilados ocres dominando el entorno. El viento, la lluvia, la acción del mar… son agentes erosivos activos pero pacientes en el tiempo. Han necesitado millones de años para transformar las rocas calizas procedentes de formaciones sedimentarias mesozoicas y cenozoicas en un espectacular paisaje kárstico bellísimo, formando grutas, figuras asombrosas, pasadizos, cavernas y maravillosos arcos, como los que observamos en las imágenes.
En el extremo más occidental de Praia da Mesquita (Mesquita oeste) se encuentran los arcos de Praia da Mesquita, también conocidos arcos de Marinha, por la cercanía de esta famosa playa con la anterior. Se trata de un arco marino doble que es una de las formaciones naturales más fotografiadas del Algarve. Sin duda la imagen por excelencia de esta zona es la estampa de sus dos arcos sobre el mar, que parecen prestados de un acueducto romano, realmente impactante.
Pasamos suavemente por el vano de uno de ellos, el más exterior, para vernos inmerso en un inmenso y calmado océano que nos invita a descubrir el infinito.
Desde una amplia perspectiva contemplamos todo el conjunto de esta zona, como un trozo de paraíso plantado al lado del mar, con las playas de Mezquita y la de Marinha, que como la gran mayoría del Algarve, son de arena fina y dorada, si bien en este caso algunos trozos de rocas de distintos tamaños comparten espacio con las arenas descritas. También podemos encontrar rocas frente a las playas, piedras de diferentes formas y tamaños. Estos leixaos (como le llaman en Portugal) son islotes calizos que se quedaron a salvo producto del retroceso de la tierra en el proceso de erosión. En esta erosión estos islotes perdieron la matriz y se encuentran como si nacieran del mar.
Más allá de los arcos, tanto por levante como por poniente, continúan los ejércitos de los ocres acantilados kársticos.
Desde Marinha, desde lo alto de los acantilados, parte la mejor ruta de senderismo del Algarve, el “Sendero de los Sete Vales Suspensos”, un espectacular sendero costero de 7 km que atraviesa la espesa vegetación arbustiva hasta llegar a Vale Centeanes, cerca de Carvoeiro.
Y hablando de vegetación, el paisaje que observamos está plagado de abundante vegetación arbustiva autóctona. Este espacio verde está dominado por exuberantes matorrales del litoral como lentiscos, sabinas, enebros, ejemplares de pinos y toda una amplia gama de plantas aromáticas, además de especies típicas de los acantilados, adaptadas a ambientes salinos como el hinojo marino, el caramillo, la orzaga, el aliso marino y el asterisco, formando una mancha verde que envuelve la playa.
En esa mañana el océano se encontraba muy calmado, aportando sosiego a la escena.
Nota: Imágenes, vídeos, música o textos pueden haber sido cedidos por amigos y colaboradores del canal pero siempre sin ánimo de lucro.
Lo primero que observamos es un enorme roquedo calizo con misteriosas y caprichosas cavidades creadas en las rocas, cavernas de diferentes formas y tamaños.
Como podemos contemplar en las imágenes, el accidentado relieve de la línea de costa de esta zona ofrece paisajes de una belleza brutal, impresionantes, con los altos acantilados ocres dominando el entorno. El viento, la lluvia, la acción del mar… son agentes erosivos activos pero pacientes en el tiempo. Han necesitado millones de años para transformar las rocas calizas procedentes de formaciones sedimentarias mesozoicas y cenozoicas en un espectacular paisaje kárstico bellísimo, formando grutas, figuras asombrosas, pasadizos, cavernas y maravillosos arcos, como los que observamos en las imágenes.
En el extremo más occidental de Praia da Mesquita (Mesquita oeste) se encuentran los arcos de Praia da Mesquita, también conocidos arcos de Marinha, por la cercanía de esta famosa playa con la anterior. Se trata de un arco marino doble que es una de las formaciones naturales más fotografiadas del Algarve. Sin duda la imagen por excelencia de esta zona es la estampa de sus dos arcos sobre el mar, que parecen prestados de un acueducto romano, realmente impactante.
Pasamos suavemente por el vano de uno de ellos, el más exterior, para vernos inmerso en un inmenso y calmado océano que nos invita a descubrir el infinito.
Desde una amplia perspectiva contemplamos todo el conjunto de esta zona, como un trozo de paraíso plantado al lado del mar, con las playas de Mezquita y la de Marinha, que como la gran mayoría del Algarve, son de arena fina y dorada, si bien en este caso algunos trozos de rocas de distintos tamaños comparten espacio con las arenas descritas. También podemos encontrar rocas frente a las playas, piedras de diferentes formas y tamaños. Estos leixaos (como le llaman en Portugal) son islotes calizos que se quedaron a salvo producto del retroceso de la tierra en el proceso de erosión. En esta erosión estos islotes perdieron la matriz y se encuentran como si nacieran del mar.
Más allá de los arcos, tanto por levante como por poniente, continúan los ejércitos de los ocres acantilados kársticos.
Desde Marinha, desde lo alto de los acantilados, parte la mejor ruta de senderismo del Algarve, el “Sendero de los Sete Vales Suspensos”, un espectacular sendero costero de 7 km que atraviesa la espesa vegetación arbustiva hasta llegar a Vale Centeanes, cerca de Carvoeiro.
Y hablando de vegetación, el paisaje que observamos está plagado de abundante vegetación arbustiva autóctona. Este espacio verde está dominado por exuberantes matorrales del litoral como lentiscos, sabinas, enebros, ejemplares de pinos y toda una amplia gama de plantas aromáticas, además de especies típicas de los acantilados, adaptadas a ambientes salinos como el hinojo marino, el caramillo, la orzaga, el aliso marino y el asterisco, formando una mancha verde que envuelve la playa.
En esa mañana el océano se encontraba muy calmado, aportando sosiego a la escena.
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در تاریخ 1401/12/14 منتشر شده
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